9 de enero de 2012

Experiencia difícil de creer...

Un día como otro cualquiera por la madrugada, sobre las siete y media de la mañana, me disponía a ir hacia la universidad, como mi rutina diaria me lo exige. Nada más abrir la puerta de mi casa (vivo en un bajo, por lo que mi puerta da directamente a la calle) vi cerca de la cancela para salir hacia la calle, un amasijo de mantas, pensé - Será de algún vecino que se le ha caído, no importa- pero nada mas salir por aquella puerta vi a un hombre, parecía anciano o quizás realmente solo lo pareciese. No sabia como actuar, me pare antes de salir por la puerta, pensando que debía de hacer. Estaba bloqueado nunca imagine que incluso en frente de la misma puerta de mi casa pudiera acabar una persona tirada, como si se fundiese con ese amasijo de mantas por el gran frío que hacía.

Volví a mi casa un poco consternado, realmente no sabia que hacer, realmente me pasó por la cabeza irme, a nadie le gusta que le molesten a las siete y media de la mañana mientras duerme, pero esta situación era extremadamente diferente. Finalmente me decidí, fui a la cocina y calenté una taza de café con leche. Salí, me quede un rato parado, intentando encontrar ese momento en el que me dijese a mi mismo, ahora llámale la atención, despiertalo. Lo hice, me alegro mucho ver su expresión cuando me vio en cuclillas, sosteniendo una taza humeante, esperé que se la bebiera y, devolví la taza a mi casa. Me lo agradeció varias veces, pero mientras me dirigía a la parada de autobús, me sentía frío, vacío, no creía que eso fuera realmente ayudar, pero ¿que más podía hacer?. He repartido bocatas a personas con hambre, verdadera hambre, pero siempre fue en algún tipo de voluntariado o incluso mientras andaba por la calle, pero esta situación era diferente, nunca me sentí tan inútil.

Me monte en el autobús y durante todo ese día, le dí vueltas a la cabeza, me seguía fustigando por no haber hecho nada más. Ese día llegué tarde a clase, creo que mereció la pena, pero no soy capaz de hacer un juicio de valor de mis actos. Más aún cuando opino que podría haber hecho algo más. 

Cuando volví a mi casa le pregunte a mi padre - ¿Papá has visto a un vagabundo al lado de casa?- a lo que me respondió que sí, pero que lo vio irse porque mis vecinos lo echaron a gritos, por lo que mi padre se asomó y presenció la imagen.

Esa parte vallada es mi casa, y ahí, donde la flecha roja señala, es la esquina donde estaba ese pobre hombre.
                                                        Fuente: Google Maps. 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario