No hay certeza en un frío
viento de verano, desconcertado,
no sé ni por qué me rio.
Quizás desorientado, no sigo el rumbo.
Quizás desesperado, no encuentro mi mundo.
Dulce, amarga y espesa tristeza,
yo, no te quiero ni si quiera vivir,
sin ti, todo se siente como el morir.
Eres macabra, cruel y traidora…
eres la lluvia colándose por mi techo.
De seguro, estarás presente en mi lecho.
Siempre acompañas al corazón afligido
- daga mora que se clava en el costado - .
Creas odio, ira, dolor, resentimiento…
dando lugar a sollozos y lamentos.
Quizás desanimado, no soy un cobarde.
Quizás inacabado, mi vida compartes.
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