26 de septiembre de 2011

Poema IV

No hay certeza en un frío
viento de verano, desconcertado,
no sé ni por qué me rio.

Quizás desorientado, no sigo el rumbo.
Quizás desesperado, no encuentro mi mundo.

Dulce, amarga y espesa tristeza,
yo, no te quiero ni si quiera vivir,
sin ti, todo se siente como el morir.

Eres macabra, cruel y traidora…
eres la lluvia colándose por mi techo.
De seguro, estarás presente en mi lecho.

Siempre acompañas al corazón afligido
- daga mora que se clava en el costado - .

Creas odio, ira, dolor, resentimiento…
dando lugar a sollozos y lamentos.

Quizás desanimado, no soy un cobarde.
Quizás inacabado, mi vida compartes.

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